La radioafición desde un punto de vista ético

Por Francisco A. G. M., EA7AHG
Publicado en el número de octubre de 2023 de la revista Radioaficionados y publicado aquí con autorización expresa.

Si la ética es la disciplina de la filosofía que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano, podemos hablar de un punto de vista ético para analizar cualquier situación en la que los humanos nos comportamos y en particular, los radioaficionados. Así, cualquier persona o un grupo de personas que actúa puede afectar a uno mismo o a los demás, a la toma de decisiones en relación a lo bien o lo mal hecho, esto es, del buen o del mal actuar en cualquier situación de la actividad humana, como la radioafición.
Hemos de recordar que, por el hecho de nacer, todas las personas tenemos la misma dignidad y, sobre todo, cualquier ser humano es merecedor de afecto con el que se contribuya a su desarrollo personal y a su bienestar emocional y psicológico como uno de los pilares básicos de la salud. Desgraciadamente, esto no siempre se cumple, ni desde un punto de vista ético ni moral, por lo general, en la vida ordinaria y en particular dentro de nuestra afición.
Si aplicamos desde la ética un análisis sistemático y crítico de la moralidad de la conducta humana en una determinada práctica como la radioafición, deberíamos hacerlo de las prácticas de los operadores de estaciones de radio que van a contribuir al bienestar de otros colegas o del colectivo en general y de todas aquellas que están enfocadas en el hacer el bien o que no hacen daño a los demás.
Así podríamos hablar por ejemplo de:

  • Acciones éticas:
    • Participación de QSO con respeto a las normas de comportamiento y a los demás.
    • Formar parte de redes de voluntariado y de emergencias.
    • Mostrar predisposición a la colaboración y ayuda a otros colegas.
  • Acciones no éticas o amorales:
    • Causar interferencias de forma voluntaria y comportarse de forma irrespetuosa con los demás.
    • Grabar a otros colegas para difundir comentarios que contribuyan a difamar, denigrar o insultar, como formas de acoso.

Desgraciadamente, estos y otros comportamientos se dan en el mundo de la radioafición, de modo que los radioaficionados agredidos o perjudicados se encuentran desamparados por parte de los organismos que han de controlar el buen uso de las ondas y otras autoridades.
¿Qué se puede hacer en estos casos? A esta pregunta es difícil de responder pero desde luego son los servicios jurídicos quien pueden orientarnos en relación al qué hacer o qué actitudes adoptar.
Un comportamiento ético y empático de los radioaficionados implica tener conciencia de que todo lo que se dice o se hace puede afectar a otras personas, de modo que se contribuya a la construcción y el fortalecimiento de relaciones entre colegas que no tengan nada que ver con la agresión verbal o tecnológica (redes sociales, radioeléctrica, …) o actitudes despectivas basadas en críticas destructivas.

Comportamientos se dan en el mundo de la radioafición de modo que los radioaficionados agredidos o perjudicados se encuentran desamparados por parte de los organismos que han de controlar el buen uso de las ondas y otras autoridades

Te preguntarás que a qué viene esto. Por desgracia, en ocasiones, como los casos que conozco, los comportamientos poco dignos de quien se llama radioaficionado están afectando a otros negativamente, contribuyendo a su malestar. Pues bien, son algunos los ejemplos, sin citar indicativos, que se dan en la radioafición española, tanto en las bandas de VHF y UHF como en los 40 metros, en las que algún colega que otro actúa de forma abierta y con cara descubierta o se sirve de terceros para atacar a otros. En ocasiones, alguien quien se considera radioaficionado sin autorización administrativa se suma a este colectivo poco ético suministrando grabaciones a quienes las difunden por grupos de Telegram, Facebook, YouTube, etc. Seguro que conoces algún caso nada ético o amoral en este sentido.
Por lo tanto, para contribuir a mejorar la práctica de la radioafición y el desarrollo y crecimiento de nuestra afición, desde un punto de vista ético, nuestra práctica debería estar de acuerdo, entre otros, con los siguientes valores:

  • La responsabilidad, como la capacidad de cada uno de nosotros para actuar de una manera correcta y de acuerdo con lo esperado en relación a la actividad en radio, así como el compromiso con los objetivos propios y/o los de otros.
  • La sinceridad, como la forma de relacionarse sin intenciones ocultas a través de nuestras acciones.
  • La empatía, como capacidad para ponerse en el lugar de los demás y compartir sentimientos ajenos, de modo que seamos capaces de ver la actividad en la radio desde la perspectiva del otro.
  • La paciencia, como la capacidad para tolerar a los demás superando adversidades, situaciones molestas u ofensivas con fortaleza.
  • La gratitud, como actitud de reconocimiento que una persona tiene hacia quien le ha hecho un favor o prestado un servicio y desea corresponderle.
  • La humildad, como conocimiento que cada uno debemos tener de las propias fortalezas, limitaciones o debilidades a la hora de actuar en radio.

Y, por supuesto, no dar pie a que tomen protagonismo aquellos que nos llaman “radioenfermos”, nos aplican otros calificativos o insultan a nuestras XYL. Nuestra dignidad debe estar por encima de todo eso. Recordemos al respecto que todas las personas tenemos unos derechos básicos que se desprenden del hecho de que todos los humanos tenemos la misma dignidad, por la que se nos ha de tratar con el debido respeto y consideración recordando que mi derecho acaba donde empieza el de los demás.
Por ejemplo, si una crítica destructiva hacia otro u otros colegas por radio o por cualquier medio telemático se intenta justificar desde el derecho a la libre expresión, no se sustenta en sí misma porque entra en conflicto con el respecto al que todos tenemos derecho.
¿Se puede considerar digno de ser radioaficionado todo aquel o aquella que atenta contra la moralidad, integridad o la imagen personal de otros colegas?

Espero que esta breve reflexión contribuya a tomar conciencia sobre este problema que se está dando en la actualidad y que afecta a algunos colegas de nuestra asociación. Es grave porque se está viendo que su actividad en radio se resiente, cosa contraria a nuestra afición. Por ello, la no tolerancia de estos comportamientos indignos y el boicot podrían ser un buen remedio, por lo pronto, para atajar este mal.

No toleres comportamientos indignos en frecuencia y evita injerencias tóxicas en nuestra afición.
No toleres comportamientos indignos en frecuencia y evita injerencias tóxicas en nuestra afición.

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