El apagón que no afectó a los radioaficionados

Durante el apagón que afectó el pasado lunes 28 de abril a la Península Ibérica durante varias horas, un grupo de ciudadanos desempeñó un papel crucial en el mantenimiento de las comunicaciones: los radioaficionados. Mientras la mayoría de la población permanecía incomunicada y sin acceso a información actualizada, radioaficionados de toda España mantuvieron contacto constante con el exterior, utilizando exclusivamente sus equipos autónomos de radio, alimentados por baterías y sistemas solares independientes de la red eléctrica.
Gracias a sus conocimientos técnicos y a su compromiso desinteresado, fueron capaces de transmitir tanto mensajes de voz como datos, garantizando así la circulación de información entre distintas zonas afectadas, así como con otras regiones del país. Esta capacidad de comunicación fue vital en un contexto en el que ni los teléfonos móviles ni internet ofrecían servicio.

La radioafición, que para muchos es considerada un simple pasatiempo, demostró ser un recurso estratégico en una situación tan crítica.

Esta intervención evidencia el valor social y operativo de la radioafición, especialmente en escenarios de emergencia donde otros sistemas colapsan. La radio, lejos de ser una tecnología obsoleta, se mostró como una herramienta insustituible por su fiabilidad, autonomía y alcance. No dependemos de antenas comerciales ni de redes externas.
Hay que recordar a las autoridades locales que nuestro colectivo, el de los radioaficionados, no solo practica un hobby técnico y educativo, sino que también representa una reserva estratégica de conocimiento y medios técnicos al servicio de la comunidad. Nuestra preparación y disposición permanente nos convierten en aliados naturales de Protección Civil y otros cuerpos de emergencia. Estar organizados, disponibles y formados, es nuestra seña de identidad.
Por ello, ha de reconocerse formalmente el papel de los radioaficionados dentro del marco de emergencias municipales, y que se nos tenga en cuenta en la elaboración de planes de protección civil. Establecer canales de coordinación previos es fundamental para optimizar nuestra ayuda cuando más se necesita.
Lo vivido durante este apagón no ha sido un caso aislado, sino un aviso de la importancia de contar con recursos resilientes y colectivos comprometidos como el nuestro. Seguiremos trabajando y colaborando, como siempre lo hemos hecho, pero es hora de que se valore nuestra aportación de forma justa y proporcional a nuestra utilidad social.